martes, 4 de marzo de 2014

Greguerías



Los libros son pájaros que mueren con experiencia

Las moscas son la intuición  de lo putrefacto

Poema Vanguardista

La niña llama a su padre:

"Tatá, dadá".
La niña llama a su madre:
"Tatá, dadá".
Al ver las sopas,
la niña dijo:
"Tatá, dadá".
Igual al ir en tren,
cuando vio la verde montaña
y el fino mar.
"Todo lo confunde", dijo
su madre. Y era verdad.
Porque cuando yo la oía
decir: "Tatá, dadá",
veía la bola del mundo
rodar, rodar,
el mundo todo una bola,
y en ella papá, mamá,
el mar, las montañas, todo
hecho una bola confusa;
el mundo: "Tatá, dadá".

Pedro Salinas. Presagios (1923)



En este poema encontramos algunas de las características de las vanguardias así como el dadaísmo puesto que en este poema se reivindica el mundo infantil anterior a toda lógica, lúdico, ingenuo, espontáneo, divertido, etc. al margen de preocupaciones sociales o morales. Otra característica que aparece es la de la importancia de la imagen, todo el poema en si nos hace crear una imagen en nuestro cerebro ya que aparecen muchos verbos relacionados con los sentidos, por ejemplo: ver, oír, decir, etc. además de lo que nos sugieren las palabras "tren" o "montañas".

He escogido este poema porque me gustan los temas infantiles, la inocencia de los niños, la pesadez de sus preguntas o llamadas de atención, las incoherencias al relacionarlo todo, la ingenuidad... todo esto sin maldad alguna puesto que aun no han sido sometidos a las preocupaciones adultas (sociales, morales, etc.). También porque me ha llamado la atención la repetición de: "Tatá, dadá" y la sencillez que desprende el poema, que a propósito, Salinas hace tan infantil y próximo a la visión de un niño.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Benancio y su patinazo (romance)



Muy dolorido estaba Feliciano,
pues hacia el médico andaba,
el Dr. Benancio lo auscultó,
de perfecta salud gozaba.

A la consulta volvió
para de su dolor quejarse,
mientras sentado en la silla
empezó a preocuparse.

Feliciano como una pluma,
otra vez sin diagnóstico se iba
con sus pellejos colgando
más que los de una “higa”.

Teobaldo el cartero
noticias para Benancio traía,
una carta de Feliciano
en la cuál de su muerte escribía.

-Benancio, querido doctor,
lamento que tu incapacidad
al cielo me haya traído y
destruido nuestra amistad.


sábado, 30 de noviembre de 2013

El Madrid de 1900

Fotografias Barojianas del Madrid de 1900


Estas imagenes reflejan los ambientes pobres, la vida de los humildes y sus condiciones de vida, en ellas aparecen personajes asociales y desorientados (en la primera) y abúlicos (en la segunda). 

 






calle segovia 15


 En estas podemos ver dos ambientes pesimistas y con personajes abúlicos.






 















viernes, 29 de noviembre de 2013

El poder del dinero



Parece mentira, vivimos en el siglo XXI y el dinero aún nos sigue condicionando el bolsillo. Cuanto más poderosos seamos económicamente, más valorados vamos a estar e incluso mejor tratados por algunos colectivos sociales. Hemos conocido considerables ejemplos de personas que han demostrado, desde la humildad, haber hallado grandes cosas por su virtud personal.
En mi opinión se deberían valorar más a las personas sin prejuzgarlas por su capacidad económica. Por un lado, se ha de cambiar la mentalidad de algunas personas con afanes de superioridad en relación al dinero. Cuando conocemos a alguien, debemos considerarla a la persona desde una posición distanciada en este aspecto, este no debe influirnos para nada en nuestro comportamiento hacia ella.  
Por otro lado, pienso que ya no por el trato con el individuo, sino por nosotros mismos, nos es una forma de avanzar moralmente, por así decirlo. Lo que nos debe prevalecer, la prueba en la que debemos confiar si no somos capaces de separar la validez de las personas en relación a su patrimonio, es el hecho del origen de personas que han avanzado en la escala social por su mérito propio. Muchos los admiran sin conocer sus estrecheces económicas pasadas, así bien, podemos aplicarlo a la vida cuotidiana.
En definitiva, no tendríamos que tener escrúpulos ni hacer prejuicios fijándonos en la cantidad de dinero que posee alguien, esto es no avanzar moralmente, y a la larga, podemos estar mal vistos por esta visión tan arcaica.
 


sábado, 12 de octubre de 2013

Castillos en el aire



Castillos en el aire

No soy una de esas personas que desea grandes cosas, es decir, no anhelo nada material más de lo suficiente ni espero destacar notablemente por encima de los demás, sino que  antojo una vida corriente, pero cómoda, sin necesidades que no se puedan satisfacer.
En primer lugar, me imagino por la mañana, recién levantada  tomándome un zumo natural delante del enorme ventanal de mi espaciosa cocina, despertar a mis niños, llevarles al colegio y despedirme de mi marido con un buen beso. Ir corriendo como una loca hacia al trabajo, siempre ajetreada y muy activa. Me imagino en alguna cadena de televisión anunciando un sinfín de noticias interesantes, llegar a casa y encontrar la paz con mi familia. 
Siempre dispuesta a darlo todo como persona, ayudando a los demás y sobre todo a querer a mi familia como a nadie.